BIBLIOTECA NACIONAL
La Biblioteca Nacional es el referente bibliotecológico uruguayo en el ámbito internacional. Fue la primera política pública destinada a la cultura y nació antes de que surgiera la idea de que la Banda Oriental debía ser estado independiente, 14 años antes de aprobada la primera constitución.
En agosto de 1815, Dámaso Antonio Larrañaga envió una carta al Cabildo proponiendo suplir con buenos libros la falta de maestros e instituciones. Planteaba la necesidad de crear una biblioteca pública; se ofrecía para desempeñar la función de director y solicitaba un edificio para instalarla. Enviada la propuesta a Purificación, Artigas respondió al Cabildo: "...yo jamás dejaría de poner el sello de mi aprobación a cualquier obra que en su objetivo llevase esculpido el título de la pública felicidad", dando el visto bueno para su realización. Se instaló en el Fuerte de Montevideo, actual Plaza Zabala, quedando inaugurada el 26 de mayo de 1816, durante las Fiestas Mayas, cuando Larrañaga pronunció su Oración Inaugural: «Todos podrán tener acceso a este depósito augusto de ella. Venid todos, desde el africano más rústico hasta el más culto europeo, todos encontraréis la más humana y obsequiosa acogida». Artigas, sensible a la repercusión pública del hecho, dispuso que el santo y seña de su ejército fuera: "Sean los orientales tan ilustrados como valientes". Inicialmente comprendía unos 5.000 volúmenes, entre las donaciones de Larrañaga, del presbítero José Manuel Pérez Castellano, de José Raimundo Guerra, del convento de San Francisco y de lo confiscado a los enemigos del artiguismo y a los que habían emigrado por no aceptar ese nuevo poder. Lamentablemente, con la invasión luso-brasileña ‘la Revolución y la Biblioteca cayeron juntas', en palabras de José Pedro Barrán. Recién para 1840 comenzó a funcionar desde el punto de vista administrativo. Durante el siglo XIX la institución y su acervo deambularon por diversos edificios públicos y privados. En 1911 se afincó en los salones de la Universidad de la República. El proyecto ganador del concurso de 1937 para construir el actual edificio fue del Arq. Luis Crespi. La construcción insumió un largo proceso durante el cual se colocaron dos piedras fundamentales. Finalmente la nueva sede, de estilo neoclásico, se habilitó a mediados de la década del 50 y fue inaugurada en forma oficial en 1964.
Pedro Mascaró y Sosa, uno de sus directores, inventarió y catalogó el acervo de libros en los Anales de Bibliografía uruguaya, una obra en siete tomos que confeccionó personalmente, haciendo el registro de toda la producción impresa nacional entre 1895 y 1901, en total 909 páginas con la inclusión de 4.315 publicaciones, aunque solo pudo publicar un primer tomo por carecer de apoyo financiero. Se ha señalado que los Anales son la primera bibliografía uruguaya hecha por un uruguayo. Algunos de sus otros directores fueron Dámaso Antonio Larrañaga, Francisco Acuña de Figueroa, José Enrique Rodó, Arturo Scarone, Alberto Zum Felde, Diniosio Trillo Pays, Arturo Sergio Visca, Enrique Fierro, Tomás de Mattos, Carlos Liscano y Esther Pailós. Actualmente la dirige Valentín Trujillo.
Integran su acervo primeras ediciones nacionales, ejemplares únicos, incunables, manuscritos, mapas, planos, esculturas, fotografías, partituras, acuarelas, grabados, una colección de billetes, monedas, medallas, material audiovisual, microfilms y archivos de escritores uruguayos y extranjeros.
La misión es preservar el patrimonio de los autores uruguayos editados en Uruguay, que por ley deben entregar cuatro ejemplares de cada obra (dos para la BN, uno a la biblioteca del Palacio Legislativo, y el restante a la facultad que corresponda de acuerdo con su tema). Incluye además a nuestros autores que editan en el exterior, y autores extranjeros que escriben sobre Uruguay. Se conserva, entre otros, la Oración Inaugural de Larrañaga, 1816; la Colección de documentos históricos correspondientes a estos años, 1822 y El Parnaso Oriental o Guirnalda de la República uruguaya, 1835-37.
La Revista de la Biblioteca Nacional, es el principal medio de divulgación de las investigaciones que realiza el Departamento de Investigaciones y Archivo Literario de la biblioteca, así como los Cuadernos de Historia, Cuadernos de Literatura, Cuadernos de Geografía y la Revista Lo que los archivos cuentan que edita periódicamente.
Gran parte de su acervo está digitalizado en la plataforma de Colecciones Digitales.
Entre sus numerosas salas se destacan, por ejemplo, la Sala Uruguay: atesora todos los libros y folletos impresos en el país, sean o no de autores uruguayos, así como las obras de autores nacionales publicadas en el extranjero y los trabajos que sobre el Uruguay se publican fuera del país; la Sala de Materiales Especiales: custodia ejemplares raros y únicos.
La colección bibliográfica incluye materiales de Historia, libros de Arte, relatos de viajeros, etc. Preserva esta sala-museo primeras ediciones americanas, ediciones del siglo xvi y de manuscritos históricos. Se encuentran también ejemplares únicos de folletos nacionales y extranjeros; primeros periódicos del país, tales como La Estrella del Sur (1807). Además del material bibliográfico, este sector posee una mapoteca.
La BN cubre todo el territorio uruguayo mediante el préstamo a distancia y apoya a todas las bibliotecas municipales y comunitarias del país y a cien escuelas rurales cada año. En 2010 se creó el Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas, coordinado por la BN.