LOS ALBAÑILES DE LOS TAPES
JUAN JOSÉ MOROSOLI
'Este libro continúa siendo un acontecimiento de nuestras letras... la obra da la sensación de algo trabajado en piedra, de cosas que han sido escritas para siempre' (Juan C. Onetti).
La raíz de este libro -publicado hace 85 años- está en la infancia de Morosoli cuando su padre, emigrado suizo de profesión constructor, dirigió las obras del cementerio de Los Tapes, en el departamento de Lavalleja. Constituye una de las dos ocasiones en que no recurre al cuento breve, su forma preferida; la otra es en Muchachos.
Al igual que otros escritores eligió el camino de lo telúrico, y se convirtió en un cronista revelador de hombres y oficios. Su vida transcurrió enteramente en Minas hasta su muerte prematura a los 58 años. Autor de Perico y de Tierra y tiempo entre otros textos, solo tuvo dos años de escuela primaria pero fue un lector apasionado.
Su literatura está poblada de seres -‘vivientes'- de las orillas de los pueblos, desprotegidos, marginales, sin afectos, huérfanos en muchos sentidos, pertenecientes a un tiempo en tránsito hacia la extinción, pero que el progreso no ha logrado eliminar. Solo cuando deciden hablar podemos asomarnos a ellos, a su mundo interior y misterioso.
Algunos críticos, por ejemplo, Emir Rodríguez Monegal y Ruben Cotelo fueron reticentes frente a su obra, en cuanto a la repetición de temas y tipos, excesiva síntesis al contar y cierta pobreza imaginativa.
Esta nouvelle en particular es la historia de una amistad, de Nieves y Silveira, que refleja una mirada antropocéntrica de la relación entre unos hombres humildes y su vínculo con el paisaje, el otro gran protagonista. La anécdota es mínima, simple, de oraciones cortas con imágenes potentes. En base al lenguaje oral del campo, la historia se desarrolla en secuencias breves, con un tiempo que casi no transcurre, en que lo que importa es la atmósfera construida desde el paisaje. El núcleo del relato se ubica en las reacciones de estos obreros frente a las vicisitudes que suceden durante la construcción del cementerio: lo inesperado, el frío y el vacío del campo, la precariedad del refugio, el rancherío cercano. Todo invadido por la tristeza, la soledad, el silencio, la injusticia y la muerte, salvo breves momentos de felicidad nacidos del compañerismo.
Un vasto paisaje y sus dificultades unen inicialmente a los amigos para luego distanciarlos paulatinamente, hasta el fin de la amistad. Envolviendo la dura corteza hay una finísima poesía, dice Heber Raviolo.
‘El moreno estaba con la mirada diluida en la corriente del arroyo y no lo sintió llegar. El agua le iba llevando el brillo de los ojos, vaciándolos de luz.'
En 1989 la Televisión de la Suiza italiana produjo la película de 92 minutos Viento del Uruguay, dirigido por Bruno Soldini, basada en este relato.