CAMPO Y GURÍ - JAVIER DE VIANA
05/08/1868 - 05/10/1926
Las publicaciones de Campo y Gurí -títulos fundamentales de la obra de Javier de Viana- cumplen 125 y 120 años respectivamente.
‘En oposición, su mujer, Asunción, - Sunsión en el pronunciar del pago, - era, - siempre en el caló nativo, - flaca, más flaca que mancarrón con "haba". El cuello de garza salía de la bata de zaraza a la manera del pescuezo de una muñeca de cera, y sostenía una cabeza eternamente desgreñada y una cara escuálida, salida de pómulos, hundida de ojos, con nariz demasiado larga y boca demasiado grande: fina y corva la nariz como pico de rapaz; delgados los labios, blancos y fuertes los dientes, duro y marcado el mentón. Luego un cuerpo pequeño, mezquino en carnes y rico en flexibilidades de criolla comadrona: todo un cuerpo de gallina inglesa, gritona, inquieta y pendenciera.' (‘En Familia'-Campo.)
Descendiente del primer gobernador de Montevideo, Javier de Viana fue uno de los más relevantes integrantes de la Generación del Novecientos. Además, se desempeñó como periodista y diputado del Partido Nacional.
Murió en medio de una gran pobreza económica, hace 95 años.
Campo y Gurí, que contienen la casi totalidad de los relatos de larga y mediana extensión, abarcan una misma unidad temática y de estilo. Con el marco de la oposición campo-ciudad, dos grandes temas son tratados en ambos libros: el caudillismo y la guerra civil; también la decadencia del gaucho, como tipo social que deja paso al paisano o peón. El mundo campesino que se describe está en tránsito hacia la descomposición del pasado heroico, jaqueado por el alambrado, el ferrocarril, las nuevas armas de fuego y técnicas de ganadería, entre otros factores. Su gran poder de observación, el uso magistral del diálogo reproducido al detalle y la creación de personajes sin redención, son algunas de las virtudes de su crudo estilo naturalista. Se ha señalado, sin embargo, que Viana reduce su capacidad narrativa cuando explica la psicología de sus personajes y analiza los hechos; es decir, cuando el texto adopta un carácter de ensayo.
Sus relatos largos pueden verse, en muchos casos, como dominados por la brutalidad, la miseria moral, el vicio, la barbarie abyecta; todo en medio de un fatalismo pasivo de la raza criolla. Un gaucho con un perfil diferente al de Eduardo Acevedo Díaz. Sus cuentos adquieren entonces, además del valor literario, el de documento sicológico y de denuncia de un grave problema social. En los cuentos breves, posteriores a 1904, en los que el ritmo se acelera y surge un gran poder de síntesis, se matiza la dura realidad con toques de humorismo, elemento no presente en los de mayor extensión.
La vida en el ámbito rural por largos períodos, así como la participación en la Revolución del Quebracho y el levantamiento de Aparicio Saravia en 1904, le dieron el material para sus textos de narrador, cronista y dramaturgo. Surgen así por ejemplo, además de los títulos mencionados, Crónicas de la revolución del Quebracho y Con divisa blanca.
Su nombre designa a uno de los diecinueve sillones académicos de la Academia Nacional de Letras del Uruguay. Dicho sillón lo ocupa hoy el Académico Jorge Bolani.