TIEMPO Y TIEMPO
LÍBER FALCO
Esta obra póstuma (1956), que recoge casi toda la poesía de Líber Falco, cumple 65 años de la primera edición realizada por su grupo de amigos -Washington Lockhart, Domingo Luis Bordoli, Arturo Sergio Visca, Guido Castillo- de la revista Asir .
Falco, que preparaba esa recopilación a los 49 años cuando le llegó la muerte, había publicado Cometas sobre los muros, Equis Andacalles y Días y noches. Estos tres libros constituyen una unidad y desarrollan su experiencia vital en un mundo de elementos humildes, terrenales, cotidianos -ranchos, calles de Montevideo, coros de gallos, campanadas de un amanecer- que reclama la fraternidad y solidaridad humana.
La suya es una poesía íntima, auténtica, despojada, intuitiva, de musicalidad escondida, que tiende al diálogo pues siempre se dirige a alguien: un Tú, un Vosotros o un Usted. No se percibe en ella una influencia notoria de las tendencias poéticas de aquel momento, ni tampoco una búsqueda deliberada de innovación. Todo ello le otorga su originalidad.
Sus poemas están recorridos fundamentalmente por la soledad, la amistad, la muerte y el tiempo.
‘Pero, ¿por qué no hablas? ¿Es preciso acaso, que no hablen los muertos? Dime qué cosas callas. Qué es, lo que calla tu silencio. ¿Por qué tú, mi amigo, como los muertos todos callas?' (A Piccatto)
Han habido observaciones críticas a su poesía: ‘flaquezas del ritmo, ocasionales prosaísmos, escasez de metáforas', ‘no más que un balbuceo'; frente a ellas se ha contrapuesto, entre otras fortalezas, el carácter esencialmente oral de sus versos.
Falco, de escasa formación intelectual, se desempeñó en pequeños oficios. Llevó una vida sencilla y monótona, solo alterada por la bohemia de las tertulias de café.
El canto popular contribuyó a su divulgación con versiones de sus textos, por ejemplo de Daniel Viglietti, Los Olimareños o Abel García.