Polémica por el “lenguaje inclusivo” llega al Parlamento
Por Redacción
23/07/2020
Mientras que para el presidente de la Comisión de Asuntos lingüísticos de la Academia Nacional de Letras el denominado “lenguaje inclusivo” no existe, desde el Parlamento se busca aprobar una ley para que la libertad de cátedra no pueda invocarse frente al uso obligatorio del idioma español en todas las dependencias del Estado.
La polémica por el denominado “lenguaje inclusivo” volvió a estar en el tapete tras conocerse que la Intendencia de Montevideo decidió que sus funcionarios participen de un curso online sobre dicho tema y determinó que es obligatorio en el uso de las comunicaciones internas de la comuna y en actos protocolares.
El “lenguaje inclusivo” se puede definir como “lenguaje no sexista”, o sea neutro en cuanto a la descripción entre masculino y femenino. No obstante la situación entorno al tema se ha complicado en los últimos tiempos. Naciones Unidas sostiene que el lenguaje inclusivo debe tener reglas que igualen a la mujer y al hombre. Por ejemplo: se desaconseja el uso de “Srta” como forma de tratamiento de las mujeres y se recomienda el uso de “Sra” en todos los casos para no explicitar el estado civil de las mujeres de forma innecesaria o se sostiene que algunas expresiones tienen una connotación negativa que nace de una concepción estereotipada de las características de los géneros, “por lo que se recomienda evitarlas”. Como ejemplos la ONU pone: los hombres no lloran, actúa como una niña, se comporta como un hombre/como una señorita, o es fuerte como un hombre.
Pero en los últimos años se llegó a otros extremos y hasta la Real Academia Española (RAE) debió tomar cartas en el asunto. La RAE considera innecesario la inclusión del doble género. Es decir, “todos y todas”, así como el uso del llamado “lenguaje inclusivo” que utiliza “x”, “@” o “e” en lugar del plural, es decir, “todxs”, “tod@s” o “todes”. Este nuevo tipo de “lenguaje inclusivo” se popularizó entre algunos políticos de Argentina y de Uruguay, el cual lo usan por ejemplo en las redes sociales.
El intendente de Montevideo, Christian Di Candia, justificó el curso a los funcionarios de la comuna diciendo que “todos sabemos que la lengua es una lengua viva”. “Nosotros no hablamos como hace 20, 50 o 100 años” y “las sociedades y las generaciones tienen el derecho de militar la transformación del lenguaje de la forma que lo entiendan conveniente”, puntualizó.
Partido Colorado reflota proyecto de ley
La posibilidad de que existan dudas sobre la transformación del idioma, llevó a que el diputado colorado Ope Pasquet, recupera un proyecto de ley presentado en la legislatura anterior. Según dijo a La Mañana, todo comenzó cuando en una nota periodística de 2018, se señalaba que grupos de alumnos y profesores en Secundaria utilizaban lo que se consideraban nuevas formas del idioma.
Por ese entonces, en el diario El País, el director de Planificación Educativa de la ANEP, Antonio Romano, decía que “no hay una política de manera definida sobre este tema (lenguaje inclusivo). Es parte de la libertad de cada docente, que coordine con cada estudiante el enfoque de los temas que le parezcan de interés, siempre y cuando se encuadre dentro del programa. No hay prescripción, ni prohibición. No hay ningún problema con el lenguaje inclusivo”. “Esto tiene que ver un poco con el concepto de laicidad, de respeto a la opinión de los estudiantes”, agregó. También opinaba en aquel entonces la presidente de la Asociación de Institutos de Enseñanza Privada, Zózima González, para quién el uso del lenguaje inclusivo está “bajo la potestad de cada docente y es parte de la libertad de cátedra”.
El proyecto de ley se refiere al uso del idioma español en todas las dependencias del Estado (incluida la enseñanza) y expresamente señala que “la libertad de cátedra no podrá invocarse en contra de la presente ley”. Pasquet señala que la libertad de cátedra es para enseñar los programas pero otra cosa es que se use la libertad de cátedra para dar la clase en cualquier idioma, porque “entonces el docente decide que sus clases se van a dar en esperanto, porque le parece que es la forma de contribuir a la fraternidad universal y lo hace”.
Su iniciativa tiene que ver, según explicó, con el “carácter democrático del Estado”. “No puede ser que existan reductos, como ser una intendencia, un liceo o un ente autónomo, donde se use una forma del idioma que para la gran mayoría de la sociedad es ajena. Estos son elites culturales que dicen “vamos a hablar así”, afirmó. “Que lo hagan en su vida privada está bien, pero no pueden imponer eso, como lo ha querido hacer la intendencia de Montevideo, como criterio oficial de una dependencia pública”, añadió el legislador.
Acotó que el ámbito de la educación “es muy delicado e importante porque la enseñanza pública debe dar a los estudiantes herramientas que le van a servir en su vida en el más amplio sentido”. “No puede ser que nuestros niños y jóvenes que ya salen con tantas carencias de la educación, ahora tengan una carencia adicional, que es que no se enseñe el idioma según las reglas aceptadas por la comunidad hispanohablante”, opinó.
El legislador recordó que en ninguna ley se señala que el idioma oficial de Uruguay es el español, y con este proyecto si es aprobado, pasaría a ser así.
Academia Nacional de Letras: “La lengua no funciona por imposición”
El presidente de la Comisión de Asuntos lingüísticos de la Academia Nacional de Letras, Adolfo Elizaincín dijo a La Mañana que el “lenguaje inclusivo” no existe.
La Academia no ha tratado el tema, y en su opinión personal, sostiene que él no discute sobre algo que no tiene existencia. “El propio nombre (lenguaje inclusivo) no tiene sentido. Para que una lengua exista se debe tener testimonios escritos y orales, como ser el español. Pero eso no fue impuesto por nadie”, subrayó. “La lengua no funciona de esa manera, o sea mediante una imposición. El lenguaje es una cuestión natural y espontánea, que surge sin que nos demos cuenta y sin necesidad de que nadie imponga tonterías como las que se oyen a propósito de este tema”, dijo Elizaincín.
El académico tampoco considera que el “lenguaje inclusivo sexista” pueda existir. “Por ejemplo cuando se dice todos los alumnos, se piensa que se excluye a las mujeres, cuando en realidad se las está incluyendo. Esto es algo muy elemental” sostiene.
No obstante opinó que “no hay que cambiar el lenguaje primero para que después cambie la sociedad, es al revés. Hay que tratar de que la sociedad sea menos machista de lo que es” para que el lenguaje cambie de manera natural.
Fuente: Semanario La Mañana.uy