Habló sobre Cervantes y Shakespeare en la Universidad de Oxford.
El exdirector de la Real Academia Española (RAE) y catedrático de Literatura Comparada Darío Villanueva ha participado hoy (5/3/19) en el Seminario de Investigación en Español de la Facultad de Lenguas Medievales y Modernas de la Universidad de Oxford con una conferencia sobre «Shakespeare y Cervantes, de la palabra a la imagen dinámica». Jonathan Thacker, profesor titular de la cátedra Alfonso XIII de estudios hispánicos, ha sido el encargado de presentar al académico.
El acto, que ha tenido lugar en Exeter College, ha contado con la presencia del director del Instituto Cervantes de Londres, Ignacio Peyró, y de su jefe de Cultura, Jesús Clavero, además de numerosos estudiantes de Estudios Hispánicos.
En su conferencia, Darío Villanueva ha explicado que Miguel de Cervantes «narra siempre con una marcada concepción visual, rítmica, escenográfica y espectacular de las situaciones, como si pretendiera poner en palabras escuetas lo que sobre la pantalla se resolvería en la secuencia de unas imágenes que hablasen por sí mismas.
El catedrático de Literatura ha destacado dos elementos «claramente precinematográficos en El Quijote. El primero de ellos son los gags que la novela tiene y que Cervantes cultiva en el conjunto de su obra literaria […]. El segundo elemento, por el contrario, se refiere a la disposición narrativa, a la estructura del discurso en lo que toca a un punto de especial complejidad que el relato fílmico y el relato literario tuvieron que resolver con sus propios medios».
Villanueva ha subrayado que «este “arte fílmico” de escritores precinematográficos como Cervantes o Shakespeare consiste en pintar cuadros animados, enriquecerlos mediante todos los artificios de la visión, situarlos según planos diferentes y encadenarlos entre sí conforme a una sintaxis artística que asegure la continuidad de la acción con un ritmo agradable a la imaginación visual del lector».
«En ese fascinante territorio de intersección entre cultura material y cultura espiritual, entre creatividad artística y tecnología, se está moviendo Serguei Eisenstein cuando escribía: “Dejemos que Dickens y toda la formación antecesora, que desciende de los griegos y Shakespeare, nos recuerden que Griffith y nuestro cine no tienen su origen únicamente en Edison y sus compañeros de invención, sino que se basan en un pasado de enorme cultura”. Pero hay en el párrafo transcrito una gran ausencia, la de Miguel de Cervantes, que en su inmortal novela El ingenioso hidalgo don Quixote de la Mancha, aporta, como también William Shakespeare, en obras suyas como Enrique V, un repertorio insuperable de atisbos y soluciones precinematográficas», ha comentado el académico.
A juicio de Darío Villanueva, «la irrupción arrolladora de la comedia nueva de Lope de Vega cegó la trayectoria de su vocación teatral, que don Miguel alentaba con talento y entusiasmo. Por su parte, Shakespeare, el más exitoso de los dramaturgos, en la pieza perdida que se intitulaba Cardenio, […] llevó al escenario al alimón con John Fletcher la historia de uno de los personajes de El Quijote, el texto fundacional de un nuevo género, la novela moderna, que en Inglaterra arraigó fecundamente al tiempo que en España era obviada hasta el siglo XIX. El resultado de esta suerte de quiasmo o entrecruzamiento vino a representar desde el teatro y la narrativa producidos en dos de las grandes lenguas literarias universales, el español y el inglés, el establecimiento de la genial transición artística que va desde la palabra a las imágenes dinámicas».
«Con ambos autores asistimos a la aurora visionaria de lo que en el pasado siglo se institucionalizaría como la séptima de las artes, el arte sincrética de la modernidad, el cinematógrafo, que nunca dejará de rendir el homenaje que merecen como sus precursores literarios a William Shakespeare y Miguel de Cervantes Saavedra», concluyó Darío Villanueva.
Fuente: RAE