El 9 de mayo abrió sus puertas otra edición de la Bienal de Venecia, uno de los eventos de arte más influyentes de las últimas décadas. La 56º Biennale di Venezia cuenta nuevamente con la propuesta del pabellón uruguayo, uno de los pocos de Latinoamérica presente desde hace más de 60 años.
La Dirección Nacional de Cultura, a través de su área de Artes Visuales, y de una comisión específicamente designada a tales efectos, son los responsables de seleccionar los artistas abanderados del país y de la producción de todo el pabellón, que en esta oportunidad cuenta con la destacada presencia de Marco Maggi (Montevideo, 6 de abril de 1957).
La propuesta uruguaya para 2015 dará qué hablar: la obra es efímera. Estará aplicada directamente sobre la pared del recinto, construcción que -se estima- quedará completa luego de dos meses de trabajo del autor en el pabellón.
Las obras de Maggi se encuentran en colecciones y galerías de numerosos países como: Galería 123, el MoMa (Nueva York), Galería Sicardi de Houston (Texas), Whitney Museum of American Art (Nueva York), Fundación Daros (Suiza), Colección Cisneros (Nueva York), Josée Bienvenu (Nueva York), entre otros. Además, representó a nuestro país en numerosas bienales internacionales, como la Bienal del Mercosur en 2001 y 2003, la Bienal de San Pablo en 2002, la Bienal de La Habana en 2003 y la Bienal de Cuenca en 2011.
A lo largo de sus 120 años de existencia y organizando las diversas manifestaciones del arte contemporáneo a través de un modelo multidisciplinario, la Biennale di Venezia ha sabido consagrarse como el evento a la vanguardia en la promoción de las nuevas tendencias artísticas.
Global Myopia (pencil & paper):
El desafío fue concebir un proyecto que viajara en una valija de mano y se desplegara en los muros del pabellón como un archivo zip. Una obra que suprimiera gastos de transporte, instaladores, trámites y seguros. Un infinito portable. Una piel de papel iletrado o una caligrafía libre de mensaje está siendo desplegada lentamente, sin plan previo, por los muros del pabellón uruguayo, siguiendo reglas de tránsito, sintaxis específicas y predeterminadas. Las colonias de papel autoadhesivo entran en diálogo con una iluminación personalizada proporcionada por Erco. Millares de sombras de alta definición y proyecciones infinitesimales tendrán el objetivo de enlentecer al espectador.
El proyecto separó el acto de dibujar en dos tiempos: corte de un abecedario de 10.000 elementos, en 2014 en New York y escritura sobre muros venecianos basada en las 10.000 partículas antes mencionadas, en 2015. De la misma forma, el proyecto separa en dos espacios los dos elementos fundamentales del dibujo: papel y lápiz. La sala principal exhibe dibujos en papel y la primera habitación recibe al visitante con una instalación de lápices.
Drawing Machine (nine possible starting points) está basada en nueve lápices puestos en penitencia. Nueve lápices paralelos apuntando al muro y suspendidos en el aire por la tensión de nueve cuerdas de arco. Con la inestabilidad de un sismógrafo la obra intenta documentar opciones previas al inicio de un dibujo. En conclusión, el único tema de Global Myopia es el dibujo.
Descargá el catálogo completo de Global Myopia en este enlace.
Sobre Marco Maggi:
Hijo de Carlos Maggi y María Inés Silva Vila, ambos escritores e integrantes de la Generación del 45, dibujó desde pequeño y realizó su primera exposición a los 16 años, en la galería Van Riel de Buenos Aires. En 1978 realizó su primera exposición en Uruguay, "Jardines en una taza de té", en la Alianza Uruguay-Estados Unidos. En 1994 viajó a Europa donde conoció a Leopoldo Nóvoa en Armenteira; luego viajó a Nueva York, donde mostró su trabajo a Ana Tiscornia, Liliana Porter, Jacob Elhanani, Mariana Wainstein y Rimer Cardillo, quien lo impulsó a entrar en New Paltz, en la Universidad de Nueva York , de la que se graduó en 1998 con un Master en Artes Visuales del Departamento de grabado, dirigido por Cardillo. El mismo año expuso por primera vez en Nueva York, en la Galería 123. En 2012 recibió el Premio Figari en reconocimiento a su trayectoria.
Maggi trabaja sobre soportes diversos (acrílico, papel de aluminio, arcilla e incluso manzanas), realizando cortes y pequeños grafismos a punta seca. Su obra es intimista, debe observarse en forma atenta para ir descubriendo las imágenes, los pequeñísimos dibujos abstractos que remiten a mapas, circuitos, diagramas, estructuras indefinidas que deben ser descifradas.
Más información:
Artes Visuales
Dirección Nacional de Cultura
artesvisuales.dnc@mec.gub.uy