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El Embrujo de Sevilla - Carlos Reyles

El Embrujo de Sevilla - Carlos Reyles

'La ciudad entera huele a vino, a claveles, y a ropa blanca de mujer. Suenan por todas partes guitarras, castañuelas y organillos.'

 


El EMBRUJO DE SEVILLA - CARLOS REYLES
(30/10/1868 - 24/07/1938) (*)

 

Carlos Reyles publicó El Embrujo de Sevilla en Madrid en 1922, a los 54 años de edad. Era ya un escritor de renombre internacional, tanto en América como en España. Del continente europeo, París y Sevilla le atraían especialmente. La primera como centro de la cultura occidental. La segunda, por sus valores vitales y por las raíces familiares: su madre era andaluza. El libro nace de los viajes que realizara a Sevilla desde 1892. Muchas de sus novelas tuvieron el germen en cuentos anteriores. En este caso, el relato Capricho de Goya de 1902, escrito veinte años antes y publicado en el diario La Nación de Buenos Aires. La verdadera protagonista de la novela es la Sevilla de fines del siglo XIX, con el marco de la pérdida de las colonias de ultramar por España. La trama y la vida de los personajes reflejan una sensualidad bárbara, la gracia morisca, la sal gitana, y el concepto del machismo ejemplificado en la corrida de toros. El narrador demuestra un conocimiento profundo del habla andaluza en general y de los giros del flamenco en particular. En El Embrujo se plantea el eterno pleito de lo racional y lo dionisíaco, en el que surgen, entre otros elementos, la pasión, la exaltación de los placeres de la vida, la pulsión de las fuerzas instintivas y el misticismo. Para ello se focaliza en tres personajes representativos: Paco, el señorito metido a matador con éxito notable, Pura, la "bailaora" gitana y Pitoche, el "cantaor" chulo. A ellos debemos sumar el pintor Cuenca, detrás de cuyas reflexiones se pueden percibir el pensamiento del autor. En un estilo que fusiona distintas tendencias narrativas de la época, se suceden las descripciones de El Bar "El Tronío", del cante y baile flamencos, la corrida de toros y la semana santana. Otros títulos anteriores se habían centrado en temas americanos: "Beba", "La Raza de Caín" o "El Terruño". En este, en cambio, se revela como un conocedor de la idiosincrasia andaluza y realiza una recreación estética de las costumbres y ambientes populares sevillanos. En medio de imágenes realistas, acompañadas de luz, sensaciones, colores, aromas y sonidos, se instala la tragedia a través de un drama de amor. Alberto Zum Felde señaló la defensa de Reyles de la España bárbara, a través de la apología de la tauromaquia. Ese espectáculo de algún modo dionisíaco, en un sentido nietzcheano, tan combatido por gran parte de la intelectualidad española, es presentado como expresión de vitalidad hispánica y de las virtudes del carácter: el valor, la entereza, la generosidad, la gallardía. El libro obtuvo gran difusión; la prensa internacional lo elogió; su fama llegó a América, España y Francia. Fue traducido al inglés, francés, alemán y holandés. Unamuno alabó cómo Reyles expuso la sicología española. Azorín y Enrique Larreta, entre otros, lo elogiaron igualmente.

La generación del 98 acuñó despectivamente el concepto de «la España de la pandereta», aludiendo a lo que rodeaba al flamenco y los toros, y aunque la vanguardia española reivindicó más tarde esas manifestaciones artísticas y culturales, Reyles no se benefició de esas reconsideraciones. Algunos detractores de El Embrujo la descalificaron por «hispanista», «folklórica», «turística», y por una visión fragmentaria de los aspectos sociales de Andalucía. La producción literaria de Reyles, en su conjunto, sufrió asimismo críticas adversas. Algunas basadas en una antipatía hacia el hombre detrás del autor, en particular por su condición de poderoso hacendado, o por ciertas posiciones no democráticas. Carlos Martínez Moreno yMario Benedetti, por ejemplo, marcaron distancia respecto a los juicios laudatorios.

En 1929 tuvo lugar la Exposición Iberoamericana de Sevilla. Reyles representó al Uruguay en esa ocasión, y fue proclamado ‘Hijo Adoptivo e Ilustre' de la ciudad. Allí brindó su conferencia Resonancias de Sevilla. En 1936 en el texto de ensayos Incitaciones, en la sección denominada también ‘Resonancias de Sevilla', fortaleció las ideas desarrolladas en El Embrujo e hizo referencia a España Virgen del filósofo y escritor Waldo Frank -obra posterior a la suya- que rescató similarmente los valores del arte popular andaluz.

 

EW

 

(*) FUENTES CONSULTADAS:

Las siguientes fuentes se encuentran en el Sitio web en Anáforas (Biblioteca digital de autores uruguayos), dedicado a Carlos Reyles.

- Carlos Reyles, novelista, por Luisa Luisi, en A través de libros y de autores. Ediciones de “Nuestra América”, Buenos Aires, 1925.

- La Cruz del Sur nº 31, dedicada a Carlos Reyles, abril-mayo 1931.

- En el primer aniversario de la muerte de Reyles por Alberto Zum Felde, en REVISTA NACIONAL, año I, nº 12, diciembre 1938.

- Carlos Reyles (1868-1938), por Arturo Torres Rioseco, en Grandes novelistas de la América Hispana, University of California Press, Berkeley, 1943.

- La conversación de Carlos Reyles
, por Gervasio Guillot Muñoz. ARCA, Montevideo, 1966.

- Dos novelistas hispanoamericanos frente a Sevilla, por Louis C. Bourgeois, en Actas del III Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas, 1968.

- Visión de Andalucía en la obra de Reyles, por Carmen de Mora, en Primeras Jornadas de Andalucía y América, La Rábida, vol. 2. Diputación Provincial de Huelva/ Instituto de Estudios Onubenses, España, 1981.

- Los 70 años de 'El embrujo de Sevilla', por Arturo Sergio Visca, en Almanaque del Banco de Seguros del Estado, Montevideo, 1992.

- El realismo estético y los personajes como técnica en 'El embrujo de Sevilla' de Carlos Reyles, por Glenda Ortega, Universidad de Panamá, 2010.

 

 

Ministerio de Educación y Cultura