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VÍCTOR PÉREZ PETIT
27/09/1871 - 19/02/1941
Se cumplen 150 años de su nacimiento en Montevideo, ciudad en la que habría de fallecer. Abogado, periodista, crítico, ensayista, narrador, poeta y dramaturgo. Cursó los estudios secundarios y superiores en la Universidad de la República, graduándose de bachiller en Ciencias y Letras en 1892 y de doctor en derecho y jurisprudencia con una tesis titulada «La libertad de testar y la legítima» en 1896. Fue cofundador y redactor (junto a José Enrique Rodó y los hermanos Daniel y Carlos Martínez Vigil) de la Revista Nacional de Literatura y Ciencias Sociales (1895 -1897). Zum Felde destacó una de las aristas salientes de la revista: «ir descubriendo las nuevas figuras originales de la intelectualidad europea, los artistas y pensadores revolucionarios de aquella hora. Ibsen, Nietzsche, Tolstoi, Hauptmann, Verlaine, Mallarmé, D´Annunzio, desfilan por la Revista». En esta línea de trabajo, Pérez Petit fue de los primeros divulgadores de las ideas de Nietzsche en Montevideo. A mediados de 1900 integró una comisión honoraria interventora de la Biblioteca Nacional, junto a sus amigos José Enrique Rodó y el Dr. Juan Paullier. El principal logro de esta dirección tripartita fue la elaboración de un nuevo reglamento interno, que afectó tanto el ordenamiento en secciones de la institución como el modo de atención y la mecánica interna de ellas, y que modernizó el trabajo de la biblioteca en conexión con otras entidades culturales de Montevideo. Ejerció la dirección del diario “El Tiempo” durante ocho años. Ocupó la presidencia del Círculo de la Prensa y de la Sociedad de Autores Dramáticos del Uruguay.
El libro Rodó, su vida - su obra ( 1918) constituye una biografía pionera del autor de ‘Ariel'.
Se desempeñó como secretario de la Academia Uruguaya de la Lengua, formada en 1923. Fundador de la Sociedad de Hombres de Letras del Uruguay en 1941 e integrante del núcleo inicial de académicos designados para elegir a los restantes miembros de la Academia Nacional de Letras, al establecerse su creación por un Decreto-Ley de 1943.
En la página 9 de su libro Gil, Pérez Petit comenta por qué añadió en su libro no solo una novela, sino otros de sus textos, dejando en claro sus deseos de que su obra resistiera el paso del tiempo: “ Hoy colecciono y doy á luz estos diversos trabajos porque tengo la persuasión de que algo representan en la literatura nacional, de que algo reflejan de mi modalidad de escritor y de que no son tan malos como para dejarlos agotarse en las columnas de los periódicos, á la manera de las flores, hermosas y brillantes un día, que las jóvenes olvidan muy luego entre las páginas de un libro que no volverán á hojear jamás". Frente a esta aspiración Carlos Real de Azúa consideró que, si bien Pérez Petit alcanzó una personalidad literaria considerable y respetada, con un ‘decoroso nivel de calidad' en la pluralidad de géneros que cultivó, no alcanzó páginas memorables.
De esa copiosa producción -45 volúmenes, según el plan de sus obras completas- pueden citarse, a modo de ejemplo: su labor de ensayista y crítico en Los Modernistas (1903) que anunciaba las nuevas corrientes literarias, de admiración por Cervantes y defensa del naturalismo zoliano, Joyeles bárbaros (1907) de poesía parnasiana, Entre los pastos (1920) en narrativa y Cobarde (1894) en teatro. Escribió numerosos prólogos como el ampliamente difundido de ‘ Tacuruses ', de Serafín J. García. Para sus trabajos utilizó varios seudónimos entre los que figuran "Argos", "Fabio", "Don Gil de las calzas verdes", "Sóstrato", "Araguirá", "Chrysals", "El Otro" y "Juan Palurdo".
El libreto de ‘Nocturno nativo' -primer ballet uruguayo, con música de Vicente Ascona- es de Pérez Petit.