Dependencias
Español del Uruguay
Destacados
PEDRO FIGARI
29/06/1861 - 24/07/1938
Nació hace 160 años en Montevideo, en un hogar de genoveses de buena posición económica. Esto permitió que los hijos pudieran ser profesionales liberales. Se recibió como abogado en 1886 con una tesis sobre Ley Agraria y se casó con María Castro Caravia, una hija de Carlos de Castro, que fue catedrático, ministro y masón de máximo grado. Juntos emprenden un viaje a Europa, que se prolonga durante un año.
En 1889 fue designado abogado Defensor de Pobres y tuvo destacada actuación en el famoso ‘crimen de la calle Chaná', un crimen político del que fue acusado el alférez Almeida a quien Figari defendió seguro de su inocencia, logrando la absolución después de cuatro años del suceso.
Ocupó el cargo de diputado por Rocha y por Minas entre 1896 y 1899. Participó en 1898 del Consejo de Estado que conformó Cuestas luego del golpe de Estado y, más tarde se desempeñó como único jurisconsulto del Banco República.
En 1893 funda el periódico "El Deber" con el que comienza su actuación en filas del Partido Colorado. Promotor tenaz de la abolición de la pena de muerte entre 1903 y 1905, la verá convertida en ley en 1907. Presidió el Ateneo entre 1900 y 1909.
En 1910 presentó un plan para la reorganización de la Escuela Nacional de Artes y Oficios. Luego de varios ofrecimientos aceptó su dirección en 1915 -en la que permanecería 21 meses- logrando realizar una reforma pedagógica en la que optimizó los recursos y duplicó el número de estudiantes y de talleres.
Para Figari no debía distinguirse entre artes puras y aplicadas, por lo que procuró la formación de artesanos-artistas en un marco de enseñanza laica, gratuita y mixta eliminando el internado, el castigo y los diplomas.
En su juventud aprendió pintura con el maestro italiano Sommavilla, pero recién a los sesenta años se dedicó plenamente a esa actividad. Radicado en Buenos Aires en 1921, tomó contacto con Borges, Girondo, Guiraldes, entre otros. En sus óleos predomina el color y la figura como mancha, con escenas de la tradición criolla, nativista, en la que sobresale la figura del negro. En 1925 se establece en París con su hijo Juan Carlos, arquitecto y colaborador que fallece en esa ciudad a los 33 años. Conoció allí intelectuales y artistas: Supervielle, Valéry, Joyce, Ortega y Gasset, Carpentier, Bonnard, Torres García, en tanto realizaba exposiciones, tanto en esa ciudad como en Bruselas y Londres.
En 1927, siendo Ministro Plenipotenciario en Londres, recibió la Orden del Imperio Británico.
Recibió en Uruguay el Gran Premio de Pintura en la Exposición del Centenario y una Medalla de Oro en la Exposición Iberoamericana en Sevilla. Al regresar a Montevideo, en 1934, fue Asesor Artístico del Ministerio de Instrucción Pública.
Menos difundida es su obra ensayística, narrativa y poética, en la que vuelca su pensamiento filosófico: Arte, estética, ideal, ensayo de filosofía y estética publicado en Montevideo en 1912 y luego en París, en 1920 y en 1926; El Arquitecto (1928), ensayo poético con acotaciones gráficas; Historia Kiria (1930), narración utópica que resume sus ideas filosóficas.
Arturo Ardao lo ubica a la par de Rodó y Vaz Ferreira en cuanto a la significación de su ideario.
Falleció en Montevideo durante el gobierno de Alfredo Baldomir, el mismo día de la muerte de Carlos Reyles y de una enorme manifestación popular que reclamaba ‘Nueva Constitución y leyes democráticas'.