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Comunicamos la triste noticia del fallecimiento en el día de hoy, 25 de enero de 2019, de la Académica Emérita y ex vicepresidenta de la Corporación Profesora Angelita Parodi de Fierro.
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Angelita Parodi de Fierro
In memoriam
Hace quince años me correspondió la tarea de hacer el elogio de Angelita Parodi de Fierro en oportunidad de su ingreso a la Academia Nacional de Letras. Tarea que fue, para mí, especialmente grata y un apreciado honor. Esta tarde, me corresponde despedirla de esa Academia, de la que era Académica de Número –en el Sillón Dámaso Antonio Larrañaga- y de la que fue su Vicepresidenta.
La tarea que se me encomienda hoy no solo me resulta triste y no deseada, sino también difícil. Difícil, porque no se trata solo de despedir a la colega respetada y admirada. Se trata también, en este caso, de despedir a alguien a quien me unía la amistad y el afecto.
Antes de conocer a Angelita personalmente, en 1985 –ella como Directora del Instituto de Profesores "Artigas” (IPA) y yo como docente-, ya la conocía por los elogios que circulaban en Secundaria. A partir de aquella fecha, fueron primero los cinco años compartidos en el Instituto y luego el par de años de su pasaje por la Dirección General de Formación y Perfeccionamiento Docentes.
Angelita dijo alguna vez que era una mujer de vocaciones múltiples y, sin duda, tenía razón. Pero, yo quisiera recordarla hoy exclusivamente por dos de esas vocaciones o –preferiría decir- por dos facetas de su personalidad. Facetas que, además de su versación en saberes filosóficos, fueron especialmente tenidas en cuenta para su elección como académica. Me refiero a sus aptitudes para la docencia y para la gestión institucional.
En cuanto docente, recordemos que Angelita era de las pocas personas que, en el país, tenían título habilitante para enseñar en los tres niveles del sistema educativo: era maestra, profesora de Filosofía y egresada de Agregaturas del IPA. Pero, no solo poseía los títulos, sino que ejerció la docencia en los tres niveles: fue maestra de escuela pública, profesora de liceo y catedrática en el Instituto de Profesores, en el Instituto Magisterial Superior y en la Universidad Católica.
En lo que respecta a gestión institucional, son inolvidables, ante todo, sus cinco años de directora del IPA a partir de la reinstauración democrática. Fue el período en que se elaboraron los nuevos planes de estudio y programas para Formación Docente. Fue un período en que se generaron numerosos y variados proyectos y propuestas, como por ejemplo, la carrera de Adscripto para la enseñanza media, la efectividad de los profesores de Formación Docente, los cursos en la modalidad de Educación a Distancia para estudiantes del interior o en situaciones especiales, o la creación del “Instituto Grompone”, como germen de futuros trabajos de investigación educativa. Lamentablemente, unos cuantos de tales proyectos y propuestas se hicieron efectivos tardía o parcialmente, o nunca se concretaron…
Tanto en la docencia directa como en la dirección de instituciones, Angelita ejercía una natural, espontánea autoridad que surgía de un intelecto vivaz y bien formado. Autoridad que sabía ejercer sin autoritarismo; autoridad que se conjugaba con su fineza de trato y su encanto de dama, de señora.
Angelita pasa, pues, a formar parte del grupo de las ilustres mujeres académicas que integraron nuestra corporación desde el momento mismo de su creación.
Por eso, también de ella podemos decir que la Academia sentirá su ausencia y que sus colegas la vamos a extrañar.